bannerspat-13Supongamos que está usted con un familiar y, de repente, éste se agarra el pecho y presenta todo el aspecto de estar sufriendo un ataque cardíaco. Probablemente lo primero que haría sería llamar al servicio de emergencias sanitarias (el ya famoso 112). Pero ¿qué hacer mientras llega la ambulancia?. Quizá no imagine que en su teléfono móvil pueda estar la solución. Hasta ahora nos limitábamos a seguir las instrucciones que nos daban desde el servicio de emergencias vía telefónica. Ahora contamos con una aplicación para móviles que establece un enlace automático de información y de audio/vídeo, de tal manera que los operadores puedan controlar algunos parámetros biomédicos desde la cámara de la persona que llama, enviar mensajes de texto al teléfono – que una voz va describiendo por el altavoz- y reunir toda la información, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial medida, por el propio teléfono. Tiene esta aplicación una característica que la distingue de las demás: proporciona un monitoreo automático de las compresiones torácicas durante una resucitación cardiopulmonar, guiando al usuario para que ajuste tanto la velocidad como la profundidad del movimiento de manos y brazos. Para ello, tan solo tiene que envolver el móvil en una bolsa de plástico y comenzar con las compresiones sujetando la bolsa. Una voz comienza inmediatamente a decirle su ritmo y cómo debe ajustarlo. La aplicación comparte, continua y automáticamente, la ubicación del teléfono y también identifica en qué piso del edificio se encuentra, incluso cuando la persona que llama se está moviendo.

Esta breve descripción es sólo un ejemplo de las enormes posibilidades que las Tecnologías de la Información y la Comunicación, asociadas a los smartphones -o teléfonos inteligentes- ofrecen en el campo de la medicina y la biotecnología. Otros ejemplos de aplicaciones prácticas: existen herramientas que midiendo el nivel de acetona de nuestro aliento pueden decirnos el nivel de glucosa en sangre; algunas avisan a personas con diabetes del momento en el que deben tomar su dosis de insulina; y otras, la lista sería muy grande, advierten a personas que están llevando a cabo una dieta de que están sobrepasando su ingesta límite de hidratos de carbono.

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En casos más sofisticados podemos mencionar páncreas artificiales que se conectan mediante Bluetooth al teléfono móvil para dispensar la dosis adecuada de insulina o aplicaciones que miden el pulso mediante sutiles y rapidísimos cambios de color en nuestra cara, y que el ojo humano no puede captar, pero sí el sensor de la cámara de nuestro teléfono.

En otro orden de cosas, para tratar de mantenernos en forma hay muchas herramientas que, aprovechando el acelerómetro del móvil, pueden calcular la velocidad a la que vamos, pueden contar los pasos, las calorías quemadas y escaleras subidas, etc. Ya es frecuente ver a corredores con unos manguitos colocados en el pecho que mediante Bluetooth envían a nuestro smartphone información de todo tipo, incluso un electrocardiograma. En algunos casos es una pulsera o un reloj el dispositivo que recoge la información y puede medir la respiración o la frecuencia cardiaca. Algunas aplicaciones incluso incluyen un escáner de huellas digitales que permite proteger los datos de salud que estén almacenados en su interior. Existe una pegatina que se basa en códigos QR y códigos de color que si se coloca en el pañal de nuestro bebé informa mediante Bluetooth a nuestro móvil de las posibles enfermedades que se pueden detectar en su orina: infecciones urinarias, deshidratación, problemas renales, etc. Las posibilidades son innumerables y, todas ellas, muy prácticas en diferentes niveles.

Recientemente profesionales de la medicina y farmacias han puesto en marcha en Badajoz el proyecto “Adhiérete móvil” que consiste en una aplicación para teléfono móvil gracias a la cual los facultativos podrán evaluar si sus pacientes de más edad están siguiendo o no el tratamiento que se les ha prescrito. Con esta nueva aplicación, los profesionales sanitarios podrán conocer el seguimiento de sus pacientes alertándoles sobre si se producen incumplimientos en la toma de medicamentos, o por el contrario, registrarla si se ha efectuado. De forma paralela, se creará un portal web a través del cual los médicos podrán gestionar la medicación de sus pacientes y enviar notificaciones o recordatorios, entre otras posibilidades.

Las aplicaciones para móvil pueden ayudarnos de la manera más insospechada. Pondremos un ejemplo muy llamativo, incluso diríamos que espectacular: la población de Islandia se originó a partir de un pequeño número de colonos que fue aumentando a lo largo de los siglos incorporando muy pocos habitantes llegados de fuera de la isla y conservando por tanto ese pequeño acervo genético inicial. Esto les ha llevado a presentar serios problemas de consanguineidad que pueden provocar enfermedades de tipo genético. Por ejemplo, en la población islandesa es frecuente el gen de cáncer de mama BRCA2.

Con la idea de evitar la incómoda situación de emparejarse con un pariente extremadamente cercano, familiarmente hablando, un equipo de tres ingenieros ha desarrollado, en el marco de un concurso, la aplicación “Íslendingabók” un servicio que tiene como objetivo ofrecer un registro nacional gratuito que permita registrar el árbol genealógico de los islandeses y usarlo como referencia antes de establecer cualquier tipo de relación personal. Los desarrolladores de la aplicación se han remontado alrededor de 1.000 años (cuando llegaron los primeros habitantes a Islandia) y mantienen información de alrededor de 720.000 nacidos en Islandia y las conexiones entre los ciudadanos hasta llegar, prácticamente, hasta nuestros días valiéndose de documentos históricos, libros de condenas, información de hemerotecas y un largo etcétera de fuentes de información.

La Tecnología no deja de sorprendernos… de ayudarnos… de descubrirnos nuevos caminos… desde lo más cotidiano hasta lo más complejo… y, lo más importante, al alcance de todos.