La Comisión Europea ha hecho público el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) correspondiente a 2020, que analiza el rendimiento digital general de Europa y hace un seguimiento de los avances de los países de la UE en su competitividad digital. El DESI de este año indica que se han registrado avances en todos los Estados miembros y en todos los ámbitos clave del índice.

Se trata de una noticia esperanzadora que reviste gran importancia sobre todo por el contexto de la pandemia de coronavirus. Se ha demostrado, y así lo recoge el informe, hasta qué punto las tecnologías digitales se han vuelto esenciales al permitir la continuación de la vida laboral, seguir de cerca la propagación del virus o acelerar la búsqueda de terapias y vacunas.

El Índice de la Economía y la Sociedad Digitales registra los progresos realizados en los Estados miembros de la UE en los cinco ámbitos políticos principales, a saber, la conectividad, las competencias digitales, el uso de Internet por las personas, la integración de las tecnologías digitales por parte de las empresas y los servicios públicos digitales. Es necesario avanzar más en materia de competencias digitales, especialmente desde que la crisis del Covid-19 ha puesto de manifiesto que las competencias digitales adecuadas son cruciales para que los ciudadanos puedan acceder a la información y a los servicios.

En este contexto, y en coherencia con los datos facilitados en el DESI, los Centros de Competencias Digitales y sus profesionales han sido durante todo el periodo de confinamiento, y ahora con la desescalada y la vuelta a la nueva normalidad, un apoyo para aquellas personas con menos habilidades digitales, pues su cercanía al territorio y el conocimiento de las necesidades de las personas les ha permitido ofrecer el asesoramiento tecnológico necesario para cubrir las demandas de los usuarios.

Se ha puesto, y se pone, especial empeño en que nadie se quede atrás en este periodo de confinamiento, adaptando la metodología de las acciones a escenarios online durante esta etapa transitoria. La resiliencia digital, como sinónimo de capacidad de adaptación, de flexibilización en las costumbres, las metodologías y las formas de comunicarse y de intercambiar información o acceder a determinados servicios, supone una herramienta fundamental que sienta sus bases en la adquisición y potenciación de las competencias digitales.